jueves, 5 de diciembre de 2013

La maldición del 5º P

La maldición del 5º P

Todo empezó una tarde jugando a la play con mi amigo Sergio. Estábamos echando un fifa street, bueno, echábamos más bien un par o así.

Cuando terminamos, me envió un mensaje.

"Asómate al balcón Manu, ¿vale?"

Yo, como un rayo, subí las escaleras y me asomé. -¿Qué quieres?-, le dije. –Nada, que si te bajas, ¿eh?- me preguntó. –Vale, pero con una condición. Nos bajamos las bicis- le contesté.

Estuvimos un rato con las bicis. Él me ofreció dar un paseo y yo acepté.

Paseamos por el centro, después salimos al campo y más tarde volvimos por el parque.

Al llegar me pidió, -Manu, ¿me ayudas a subir la bici?-. Yo le dije que sí.

Lo esperé abajo, pues él tenía que subir a por las llaves. Al fin bajó, abrió el armarito, entramos la bici y allí nos encontramos con todos los contadores de la luz, desde el 1º P y el 1º Q hasta el 3º P y el 3º Q.

Pero había un contador que estaba lleno de polvo. Sergio le dio sin querer con el manillar y se abrió una grieta sin polvo del tamaño del manillar en la que ponía: 5º P. No le dimos mucha importancia y cada uno se fue a su casa.

Al día siguiente sí que pensé en ello, incluso fui a la oficina de obreros. Les pregunté que si habían construido algún 5º P en ese bloque y ellos me dijeron que no, que no sabían nada de eso.

Al día siguiente Sergio y yo nos quedamos toda la tarde diciendo chorradas y haciendo el tonto. Ese día me quedé a dormir en su casa, y estábamos los dos solos, porque sus padres se habían ido a una boda de sus primos de Cataluña y su hermano había salido con sus amigos. Así que, esa tarde fuimos a comprar provisiones para la noche.

Sergio vive en el 3º P, el más alto del edificio. Después de cenar, vimos una película de terror. Pero no estábamos preocupados, porque sabíamos, bueno, creíamos que su hermano iba a volver pronto. Hasta que llegó una llamada telefónica a su casa de su hermano diciendo que no iba a venir porque se iba a quedar en casa de un amigo a dormir y al día siguiente tenían que hacer un trabajo de ciencias juntos. Ahora sí que nos acordábamos de la película…

Nos quedamos hasta las tantas viendo la tele. Vimos un programa de cómicos y estuvimos contando chistes para ver si se nos quitaba de la cabeza la película de terror. Después nos acostamos, pero no podíamos dormir porque la pareja del piso de al lado estaba discutiendo.

No se nos ocurrió otra idea mejor que bajar a la sala de contadores. Nos acercamos al contador del 5º P y de repente, ¡PLOM!, un gran estruendo se escuchó y se abrió una trampilla bajo nuestros pies.

Caímos muy bajo, tanto que no veíamos la luz. Sólo nos iluminaba una bombilla parpadeante. Había unas escaleras. Sergio y yo estuvimos mirándonos fijamente un rato como diciendo, ¿subimos o qué?. Cuando pasó un rato le dije, -Es  nuestra única salida-. Y con eso tomamos la iniciativa de subir.

Arriba nos encontramos con unos materiales y miel. Había una linterna, una cuerda y miel, ¡ah!, y una nota que decía:

"Superad estas pruebas y encontrareis el 5º P."

La primera prueba era un enjambre de avispas. Había un hueco por debajo de ellas y nos tiramos rachando.

La segunda prueba era un vampiro que nos quería chupar la sangre. Le pedí a Sergio la linterna y nos dimos cuenta de que no tenía pilas, pero vimos cómo se le caía una del bolsillo al vampiro. Le arrojé la miel y todas las avispas que nos seguían se fueron directas hacia él y se le quedaron pegadas.

Sergio cogió tranquilamente las pilas y con la luz de la linterna desintegró al vampiro con las avispas pegadas.

La última prueba era muy fácil, una pared totalmente vertical con ganchos. –¡Sergio, saca la cuerda, vamos a escalar!-.

Una vez escalada nos encontramos con una puerta en la que ponía 5º P. La abrimos y nos dimos cuenta de que había una sala llena de oro. Allí encontramos una nota que decía lo siguiente:

"Como no invirtáis bien el oro os caerá una maldición de por vida."

FIN

Autor: Manu A.F.

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